Ella me dijo: imposible. Yo me quedé pensando en el modo...

La red detrás de sus ojos

Si tan sólo supiera como no encontrarme en el desconsuelo...
El desespero se diluye en esta sensación de querer saberla en todos lados,
de querer encontrarla en todos lados....en desear la cercanía de su alma y su cuerpo, saberla mía, mía tan cerca y tan lejos....
Sólo para encontrarla mi mirada la busca, se desdibuja en el sueño su rostro perdido,
y otra vez en la noche trémula me persigue el desconsuelo de no reconocerme en los ojos de ella,
en su mirada que no conoce preguntas y que no me dice nada...

Entonces se me revuelven las ganas y el miedo, y más aún las ganas...
y me quedo con las ganas de saberlo todo : el olor, el sabor, los sonidos del cuerpo... la impaciencia del oído queriendo escuchar su voz...
Y me aterro, y me aferro a la distancia entre mi cuerpo y el de ella,
me aferro para que sea menos, para que su voz sea voz para mi oído
y yo para ella la sombra que se aferró a su sombra
y que el ritmo de su respiración dormida sea igual al del péndulo del reloj que marca el tiempo que no estoy con ella...y el tiempo en que estoy.

Pero que no se de cuenta, que no se de cuenta, a veces, de la experiencia febril de pensar en sus manos,
en el hormigueo feroz detrás de cada centímetro de mi piel avanzado por sus ganas,
en el asalto suave de mi boca a la suya
y en el abrazo fuerte en el sagrado intento de que el latido de su corazón sea un eco consciente del mío...

Y eso no es todo, a veces, como para no perderme me entrego a la agonía de ser paciente,de esperar detrás de esta cortina
y entiendo que todo cuanto tengo le pertenece, que la suerte está echada
y que el desatino de no tenerla no es más que un desafío torpe de la pobre vida,
porque el sueño que invento al lado de ella es una verdad inexorable que se esconde detrás de mi,junto al abismo, y que me esperará justo en el momento en que habría de arrojarme a la red detrás de sus ojos y perderme para siempre mirándola.